( A según…)
Me preguntaba una apreciada amiga, que ya que he acertado en los pronósticos sobre la investidura y de aquella dimisión del Sr. Iglesias (reducido a vecino de Galapagar), que opino sobre la posibilidad de que el Sr. Sánchez deje de ser inquilino de la Moncloa llegado el momento. (Que estimo va a ser lejano)
Pues bien, amiga mía, como buen gallego te respondo aquello de “DEPENDE”, ya no se trata de lo mal que lo realice, de lo que mienta, de lo que oculta…todo depende de que los enemigo de España, esos que representan la derecha más rancia del nacionalismo le sigan prestando su apoyo para que siga siendo el presidente legal en función de lo establecido en la Constitución. Que también establece otras cosas que se evitan.
En ese caso al Sr. de los discursos vacíos, el que gobierna a base de Decretos, el que desea tener a los poderes del Estado bajo su control, solo le quedan dos caminos: acabar de dividir a España concediendo más privilegios a Cataluña y País Vasco, o convocar elecciones allá por el final del 2024 próximo cuando observe la dificultad de gobernar al son que le marque Puigdemont o el Sr. que tiene el tractor en el que también conduce Bildu.
Para mí, existe otra posibilidad que de un vuelco a esta situación y que vuelva a situar a España en el camino que abandonó, en el crecimiento y en la defensa de valores democráticos. Esa posibilidad la tiene en sus manos el propio PSOE, el de verdad, el anhelado, el que `pueda pactar con la centroderecha sin sentir vergüenza por ello. Alemania lo ha hecho y los resultados a la vista están. He escrito centroderecha.
Hombres y mujeres del socialismo están callados cuando deberían hablar como lo hacen aquellos que ya no tienen sillones. Nicolás Redondo es un buen ejemplo, pactos de Estado y cada uno lo suyo. Siempre bajo el paraguas de la Constitución que nos hemos dado y que alguno juró prometió hacer cumplir.
Ello me lleva a recordar una magistral película de Ingmar Bergman cuyo título es “Secretos de un matrimonio”. El filme es casi un tratado sobre la forma en que las personas fingen vivir una representación de sus vidas, una falsificación acorde con las convenciones sociales y los sueños personales, antes de reconocer el engaño con que disfrazan las apariencias como si fueran auténticas realidades.
Se la recomiendo al Sr. Sánchez, claro que el estaría en su derecho de responderme con la frase de Shirley MacLaine a Jack Lemon en la película “El Apartamento”…”No diga nada y juegue”…
Así que amiga mía Sánchez jugará, de su acierto o no dependerán muchas cosas…es decir…
A SEGÚN…