Por Barbara Rivas
En la primavera de 2019 Inés Rey se presentó como candidata a la alcaldía de A Coruña con la promesa de proyectar una ciudad deportiva que incorporase un estadio de atletismo y campos de fútbol. En su diagnóstico de la situación apuntaba a la falta de instalaciones en la ciudad y más ante el aumento de practicantes en las diferentes modalidades deportivas. “La ciudad está estancada y necesita reactivarse también en este sector”, clamaba Inés Rey, que zanjaba: “Daré al deporte la importancia que se merece en una ciudad como la nuestra mejorando no sólo los equipamientos sino también su organización y potenciando los programas de ayuda a entidades”.
Casi cinco años después las entidades tienen problemas para acceder a los pagos de las ayudas municipales porque en María Pita no se aprueban presupuestos y los modificativos de crédito o las prórrogas se gestionan a ritmo caribeño. Pero es que además no se ha puesto al servicio de los clubs deportivos de la ciudad ni una sola nueva instalación deportiva. Sobre el mantenimiento de las existentes podemos reparar en el emblema, el Palacio de los Deportes, un espacio en el que el bipartito PSOE-BNG con Javier Losada al frente gastó 2,5 millones de euros hace poco más de una década. Allí juega el Liceo, el equipo gallego más laureado, o el Basquet Coruña, que oposita cada año a la ACB en un entorno en el que una aplicación estricta del reglamento impediría el uso. “Es la peor instalación de toda la competición. A Coruña es una ciudad que no se merece algo así”, clamó no hace mucho Diego Epifanio, entrenador del equipo naranja.
Epifanio, que es de Burgos y algo sabe de frío, pedía mejoras en la climatización de una instalación que durante medio año es un congelador. Y unos nuevos vestuarios porque quien entre al de su equipo y vea allí a diez tipos de dos metros de altura no dará crédito. Tampoco lo daba el Basquet Coruña cuando la reforma fomentada desde la concejalía del bipartito que gestionaba el BNG les pusieron duchas con el grifo a 1,70 de altura.
A todo hay que adaptarse, pero en A Coruña ya llueve sobre mojado. Sí, también hay goteras en todos los pabellones, incluso en el de San Francisco Javier, donde se hizo una reforma no hace mucho para tratar de paliar que el cauce subterráneo del Río Monelos convierta en impracticables, por resbaladizas, ciertas zonas del piso.
En A Coruña hay clubs que no pueden admitir más niños y niñas porque carecen de espacios para que se puedan adiestrar cuando decenas de centros educativos tienen pabellones que no se utilizan fuera del horario lectivo. En A Coruña los clubs que solicitan una pista para jugar cada fin de semana se encuentran con la surrealista situación de que la mitad se gestionan en un negociado y la otra mitad en otro. En A Coruña los clubs que juegan en las pistas municipales tienen que barrerlas antes de los partidos para evitar accidentes. En A Coruña había un proyecto para sustituir el sistema eléctrico en el Palacio de los Deportes, y poder climatizarlo, del que nunca más se supo. En A Coruña todo iba a cambiar con la llegada de Inés Rey y la puesta en marcha de una concejalía de Deportes, pero ahora resulta que el concejal se presenta a una reunión de coordinación y espeta a los presentes que de lunes a viernes está para lo que necesiten, pero los fines de semana los tiene que dedicar a la familia porque sino “mi mujer me mata”.